miércoles, 28 de septiembre de 2011

La felicidad no llega de forma automática,

no es una gracia que un destino venturoso puede

concedernos y un revés arrebatarnos; depende

exclusivamente de nosotros. No se consigue ser feliz

de la noche a la mañana, sino a costa de un trabajo

paciente, realizado día tras día. La felicidad se construye,

lo que exige esfuerzo y tiempo. Para ser feliz hay

que saber cambiarse a uno mismo.

LUCA Y FRANCESCO CAVALLI-SFORZA

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